DENTRO DEL LABERINTO

 

TÍTULO ORIGINAL     Labyrinth
AÑO     1986
DURACIÓN    
101 min.
PAÍS    
[Reino Unido]
DIRECTOR     Jim Henson
GUIÓN     Terry Jones
MÚSICA     Trevor Jones (Canciones: David Bowie)
FOTOGRAFÍA     Alex Thomson
REPARTO     Jennifer Connelly, David Bowie, David Goelz, Toby Froud, Natalie Finland, Shelley Thompson, Christopher Malcolm, Frank Oz, Ron Mueck, Animation

Mirad que piedra tenía en el riñón!!

Por fin vi una de mis grandes películas pendientes.

Le tenía muchas ganas, y aun a sabiendas que esta película ha de verse cuando uno es jovencito, yo no tuve la suerte de verla entonces, pero eso no quiere decir que ahora no la haya disfrutado.

Sara es una joven que vive en su mundo de fantasía, harta de que sus padres le digan esto o lo otro (es lo que tiene la adolescencia) y que se quede cuidando a su hermanito pequeño, por lo que en un arrebato lanza un conjuro involuntario y el Rey de los Goblins se lleva al hermanito a un universo mágico. Entonces Sara tratará de recuperar al bebé antes de que sus padres regresen a casa y para ello tendrá que cruzar el laberitno...

No me digan que no está guapa Jennifer Conelly.

Pues que quieren que les diga, un servidor ha disfrutado esta película como un enano y me ha encantado el mundo mágico y de fantasía que se saca de la manga Jim Henson, creador de los Teleñecos, y eso se nota en la cantidad de bichetes raros y adorables que aparecen en todo momento, rebosantes de imaginación, magia y sentido del humor.

En el apartado humano, destaca como protagonista una adolescente Jennifer Connelly, que ya apuntaba maneras de la mujer tan guapa en la que se ha convertido con el paso de los años. Además el papel le va muy bien y se la ve muy metida en la trama.

El otro protagonista humano es llamativo porque se trata del mismísimo David Bowie (quien también firma la banda sonora) que con cardado y pantalón paquetero de por medio, nos regala una interpretación de villano, pero de villano de los que se les coge cariño.

Qué majos los bichos. El grande se llama Ludo, porque jugaba mucho a las tragaperras.

Tal vez lo que menos me haya gustado (lo único) son los numeritos musicales, que sí, que corren a cargo de David Robert Jones (no se asusten, es el nombre real de Bowie, y ahora que caigo, también de uno de los malos de Fringe), pero a mi no me convencieron mucho, y verlo a él con su pelazo entre muñecos, pues como que no. Además no soy fan de los musicales ni nada parecido, así que si hubiera sido por mí, los hubiera quitado y la película hubiera estado mejor.

Nunca me cansaré de alabar el cine ochentero, y más si es dedicado al público juvenil, lleno de imaginación, de humor blanco, de diversión... y esta película es un buen ejemplo de ello. Los gurús del cine actual deberían pararse a reflexionar y dejar un poco de lado los costosísimos efectos especiales que invaden este tipo de cine en la actualidad y se dedicaran más a echarle un poco de inventiva y originalidad al asunto.

Véanla y póngansela a sus hijos, nietos, ahijados... antes que Transformers o similares.